La pequeña historia de una aldea llamada Abisko…

 

Mi historia comienza muchas lunas atrás, en el año 2006 donde coexistían un grupo de familias en una pequeña aldea llamada Abisko, en ella había una pequeña escuela con tan solo 16 estudiantes y un kindergarten con no más de 6 nuevas esperanzas.  Su gente vivía en paz y bastante aislados del resto del mundo, cosa que les preocupaba ya que ninguno de sus hijos quería quedarse a vivir ahí y poco a poco la gente lejos de quedarse se iba del lugar.

Todo cambio el día en que un entusiasta explorador japonés llegó a la aldea; ya que desde hace mucho se sabía que tenía uno de los mejores lugar de observación de las auroras boreales (Northern Lights) en el mundo. Este hombre dispensaría varios años viviendo en la aldea con un solo objetivo: Ver las luces del norte. De esta manera dispensaba cada oportunidad que tenia para subir a su montaña mas alta donde ya había una estación para practicar esquí de paseo. Las faldas de esta montaña no dan para una real pista de esquí.

Con los años el japones partiría para nunca más volver. Los lugareños quedaron intrigados con él y su pasión por las auroras, así que un día, uno de sus aldeanos se preguntó, cuál sería la fascinación de este japonés  con las luces y si habría más gente como él. Estas preguntas pronto fueron vox populi entre los lugareños y con el tiempo y un poco de interés, llegaron algunas ideas y respuestas, y así comenzaron a pensar en la forma de atraer gente como el japonés para visitar su aldea. En poco tiempo invitaron a gente interesada con capital, para desarrollar sus ideas y crear un observatorio en lo alto de una montaña, también pensaron en crear alguna especie de hostal para recibir visitantes.

Con el tiempo, gente de todas partes de mundo ha ido a Abisko, para ver las auroras, pero ello no se detuvo ahí, los aldeanos comenzaron a desarrollar más ideas tales como visitas guiadas, paseos en trineos jalados por renos o perros. Cursos de fotografías, encuentro de jóvenes curiosos y amantes de la naturaleza extrema. Hoy en día poseen una cobertura de internet vía wifi o 4g envidiables.  Sus tiendas de comida ofrecen comidas exóticas provenientes de muchas partes del mundo. Es verdad, no hay cines ni teatros y las habitaciones no poseen TV. Pero disponen de una tecnología que te da para tener un pequeño dispositivo y  ver lo que uno quiera. Sus días pueden ser muy duros cuando hay tormentas, pero nada de ello los amínala para seguir su día a día.

Hay trabajo para los jóvenes que vienen de todas partes de Suecia a trabajar en sus instalaciones. Todos ellos hablan al menos dos idiomas ya que el inglés es la segunda lengua oficial.

En fin, el pueblo no ha crecido mucho y dista mucho de llegar a ser uno de los lugares más visitados del mundo, y aún así puede presumir que gente de todas partes del mundo pasa por su mapamundi y ha dejado su pequeño alfiler pegado.