Clase de seducción

Tenían tiempo de haberse conocido en el trabajo y desde que la había visto, él se había sentido profundamente seducido por esa belleza hierática que siempre nos intriga de las mujeres de origen oriental. Ella siempre con un estilo muy minimalista, casi sin maquillaje, al igual que sus trajes de tipo oficina. Lo cual siempre le daba un aspecto muy profesional y pulcro.

El la veía desde su rincón, el cual daba a un ventanal donde se podía ver el resto de edificios que les rodeaba en el sector financiero de la ciudad donde se ubicaba su oficina.

Con el tiempo tuvieron que cruzar palabras al estar asignados a proyectos de los cuales eran parte del equipo de trabajo. Así, nació una buena amistad, que solo daba para un encuentro casual en la cafetería o cuando compartían el mismo elevador.

Mas adelante se conocerían mejor al tener la oportunidad que se presentaba de vez en cuando de ir a un bar en las cercanías junto a otros colegas de trabajo, luego de una extensa jornada, ya sea solo para empezar el fin de semana o solo para festejar el éxito de algún proyecto.

Con el tiempo, él se fue atreviendo a invitarle a salir con cualquier excusa, como el estreno de una película, o de un nuevo restaurante y con ello detecto que ella degustaba de los vinos, así que encontró que esta seria una buena escusa para ir a catar algunos vinos en alguna bodega especializa en la ciudad, cosa que él conocía bastante bien.

Así llegó el día en que el propuso una cena para dos en su apartamento, lo cual ella acepto con cierta renuencia. Aun cuando ella había nacido en la ciudad, siempre esperaba que las cosas se movieran con mas lentitud para darle tiempo a pensar las cosas. Esto es algo que venia con el equipaje de sus padres cuando fueron a vivir a esta ciudad.

Esa noche, ella llegó a la hora convenida con una botella de vino espumante: Asolo Ca’Morlin de Italia, una cepa Glera de la región de Véneto. Ella no quiso parecer muy sofisticada pero tampoco tenía la intensión de dejarse intimidar por el supuesto conocimiento en materia de vinos que tenía su amigo.

El la recibió a la entrada con un par de besos como se acostumbraba, mientras agradecía la botella, y sin mas la invitó a entrar y ponerse cómoda mientras se preparaba a jugar ese ya conocido juego de seducción que tanto le gustaba, solo que esta vez él no se sentía tan seguro de la estrategia que debía seguir dado el eminente poder de seducción que ella tenía sobre él.

Para sorpresa de ella, él tenia una botella similar lista para ser abierta en una cubeta llena de hielo y con un par de vasos ya listos.

Como siempre ella vestía de manera minimalista, su rostro casi limpio de cualquier maquillaje y sin casi ninguna joya. Su vestido de corte oriental que solo permitía imaginar un cuerpo delgado y firme.

El vestía de manera casual y elegante, de camisa mao y de mangas alzadas ya que se disponía a cocinar. Sin más él la invito a curiosear por la sala y su pequeña terraza, mientras habría la botella para luego poner su liquido en dos vasos de tipo flauta para este tipo de bebidas y con un gesto entre seductor que irradiaba felicidad le ofreció para hacer un pequeño brindis por esta visita.

Luego él pregunto si le gustaba el salmón a la naranja como único plato, a lo cual ella con una sonrisa de dijo: si, y que estaría encantada de probar su receta; esto lo dijo de manera picara como si se tratara de un reto, como parte de ese juego de seducción a lo cual ella también mostraba tener experiencia.

Es cuando él parte a su cocina que daba de manera abierta al comedor y le pidió que fuera con él y así compartir la experiencia.

Al llegar la cocina, ella vio que todos los ingredientes estaban perfectamente alineados en orden y listos para ser usados. Incluso la sartén estaba en la hornilla. El comenzó por encender el fuego de estufa a su máxima potencia y así mientras espera que la sartén estuviese a la temperatura adecuada, se dedico a cortar en dos, una pieza de lomito de salmón fresco.

Cuando la sartén estuvo lista, procedió a colocar con mucho cuidado las piezas de salmón por la parte de la piel, mientras esto hacia le explicaba a ella lo que él hacía paso a paso:

  • Lo primero que hay que hacer es sellar la carne a fuego fuerte por ambos lados a fin de que la carne quede jugosa. Esto toma un minuto por cada lado y para evitar que se pegue al sartén hay que menear la misma. Y es muy importante no usar aceite ya que el salmón de por si es muy grasoso.

Ella lo miraba como restando importancia mientras oía con gran detalle y a su vez miraba la forma tan sutil como él ponía las piezas de salmón en la sartén y la forma como su brazo sostenía con fuerza y precisión la sartén mientras movía la carne para que no se pegase.

Cuando la carne estuvo sellada, él procedió a apartarla del sartén, dejando la carne medio crudo, no había necesidad de explicarle a ella el porque de no cocinarla totalmente.

Luego procedió a bajar el fuego de la hornilla a una potencia media baja y tomando un pequeño tazón donde estaba una cebolla bien picada en cuadritos, procedió a verter un chorro de aceite de oliva extra virgen y con esto puso a sofreír la cebolla. Entonces él le dijo a ella.

  • Quieres un poco mas de espumante, porque yo si quiero un poco ya que lo que viene requiere de paciencia, balance y mucho amor.

Ella llenó los dos vasos y espero para ver lo que venía. Siempre se mostraba como alejada, pero esto solo era una careta, ya que se encontraba fascinada con los conocimientos culinarios de su amigo.

El luego de sorber un poco del contenido de vaso, empezó a sofreír la cebolla.

  • La cebolla debe ser sofreída por unos quince minutos hasta que se ponga transparente, mientras eso ocurre se debe mover la cebolla con una cuchara de madera de manera constante en forma de ocho para evitar que se queme, y si esto ocurre, se debe retirar cualquier pedazo quemado ya que perdería el sabor. Esto toma unos quince minutos.
  • En lo personal me gusta agregarle un poco de nata o crema de leche para dale consistencia a la salsa, solo un poco ya que el salmón es graso, como ya sabes.

Ella lo miró con una sonrisa encantadora, ya que no sabia si esto último lo había dicho porque él ya había hecho este comentario o porque de alguna manera el ya intuía que ella también sabia de cocina. Nada mas seductor que dos personas que entienden como se juega este juego. Ella ya empezaba a sentir que el haber venido había sido una buena apuesta pues la noche apenas comienza y el placer de estar con alguien que entiende y conoce lo que hace es ya todo un placer.

Cuando la cebolla estuvo lista él dejo caer un poco de crema de leche, lo justo para darle consistencia a la salsa. Y luego vació el jugo de cuatro naranjas recién exprimidas sobre la sartén para a continuación echarle una cucharada de limón también recién exprimida.

  • Aun cuando esta es una salsa de naranja, la cuchara de limón ayuda a potenciar el sabor natural tanto del salmón como de la naranja. Este truco me lo dio mi abuelo quien era un cocinero estupendo. Ahora se deben mezclar los sabores a fuego bajo mientras se sigue moviendo todo esto con la misma cuchara de madera. Siempre con el mismo movimiento suave y continuo, sin apuros y si decaer, hasta que todo llegue casi a su punto.
  • Nuevamente esto toma otros quince minutos y en proceso se deben agregar sal y pimienta recién molida al gusto.

Mientras todo esto sucedía, ambos seguían intercambiando algunas historias, al principio de la oficina y luego de cada uno de ellos, haciendo un énfasis solo en la cocina y la bebida. Ninguno quería dejarse llevar por sus instintos básicos de buenas a primera, Ambos estaban encantados en seguir y mantener este juego por un largo rato y no querían que la premura quemase la salsa que ya se estaba cocinando. Paciencia y persistencia eran las palabras que se les venia a la mente ambos.

Cuando por fin la salsa parecía estar, él le echo una media cucharada de romero seco, para darle un sabor más excitante.

  • Es hora de poner los lomos de salmón, y mientras sigo cocinando por otros diez minutos los lomos en la salsa, tú me puedes decir si tienes alguna preferencia con el vino que acompañe este plato.

Ella mira la sartén y advirtiendo el buen resultado de esta clase de cocina, le responde.

  • Como tu quieras, igual me da un buen vino blanco como un Chardonnay, aunque quizás me gustaría experimentar con algún vino blanco mas fruity, como un Malbec o un Merlot, aunque puede ser arriesgado para la noche. Pero si te parece podemos beber el que yo traje y que ya debe estar lo suficientemente frio como para beberlo. Por favor, sorpréndeme.

El, sin quitar la vista en el sartén, mientras ponía cada lomo en platos de cerámica blanca individuales y luego se encargaba de adornar los mismo con una ensalada de vegetales verdes aderezada con una combinación de aceite de oliva extra virgen, vinagre balsámico y un toque de mostaza de Dijon.

La cena estaba lista y luego de disfrutar del plato mientras alternaban botellas de vino blanco de distintas cepas y así ver cual le combinaba mejor, según sus paladares.

Al final abrieron la botella que ella había traído y sin dar mas vueltas fueron por el postre….