La Bella Durmiente y la Generación de Cristal

Cuando alguien se toma la tarea de analizar este cuento de hadas, puede llegar a muchas conclusiones que nos pueden horrorizar, y no tanto por su temática o su explicación psicológica o metafísica, sino por lo ingenuo que uno se siente al no haberlo entendido en su momento y mas aun por las implicaciones que esta tiene.

La bella durmiente es la historia de unos padres, algo viejos, que tienen un milagro, una hija, una princesa, cuando la edad parecía decirles que no habría tiempo extra ni penales.

Para agradecer, semejante milagro, los padres deciden celebrar una fiesta, donde por un “fortuito” evento, se les olvida invitar a Maléfica. Pero quien en su santo juicio querría invitar a alguien que por su solo nombre invoca la maldad y cuyo instinto materno parece perdido.

Pero el día de la fiesta la no invitada, se hace presenta y maldice a la princesa. Acto seguido, los padres alejan a su pequeña de tal perverso destino confiándola al cuidado de tres hadas.

Me imagino que esta aquí, la historia parece un cuento de hadas.

Pero si detallamos lo que el relato narra, la verdadera historia se puede desempolvar.

Verán, que tal si interpretamos a Maléfica, como todo lo malo del mundo que le queremos evitar a nuestros hijos y ese acto de protegerla como esa esfera en la que los metemos para protegerlos y las tres hadas como esa necesidad de evitarles el dolor y sufrimiento contándoles historias como en la película la vida es bella.

Y cuando el tiempo llega y no podemos protegerles más, y la princesa se encuentra con la rueda del destino y toca la aguja que la despierta de esa vida bucólica y es entonces donde ella prefiere dormir ya que no está preparada para confrontar la realidad a la espera que un príncipe que la venga a despertar.

No intentaré ir más allá analizando el significado que tiene este príncipe (en el caso de ella) o princesa (caso del él) en toda esta historia, pero como verán esta interpretación de alguna manera se nos hace bastante evidente. Y cuanto mas la negamos más nos aferramos al relato de Disney y por ende, más nos negamos a aceptar nuestras acciones que consciente o inconscientemente llevamos a cabo.

Se imaginan esa niña criada por unos seres incapaces de hacer algo sin ayuda de la magia. Esta princesa no se puede valer por si misma para las cosas mas esenciales en la vida, como seria, procurar su propia comida, hacer algún tipo de trabajo y un largo etc. Que decir de cosas tan privadas como su sexualidad o la idea de entender algún tipo ideología. Ella es un ser tan frágil que hasta el viento que le roza la piel le hace daño. Es por eso que, al despertar de ese mundo de hadas, por un pinchazo, decide dormir o si se prefiere drogarse, ya que es incapaz de aceptar la realidad tal cual es.

Nuestros padres lucharon toda su vida para proveernos todo lo que a ellos les faltó, la cual todos agradecemos, pero por ese amor nos protegieron todo lo que pudieron de eso que ellos entendían como la maldad en el mundo. Y luego vinimos nosotros y repetimos la receta, pero con otros parámetros pues el hambre que alguno de nuestros padres sufrió, no lo sufrimos nosotros, pero quizás todo lo que nos negaron, lo quisimos para nuestros hijos. Esto tampoco está mal. ¿Entonces de donde salió esta generación llamada de cristal?

El escritor venezolano Arturo Uslar Pietri nos reclamaría en los ’80, que Venezuela se estaba llenando de niños genios cuyo promedio de notas no bajaba de 16 (sobre 20) y esto lejos de ser un éxito para el modelo de educación venezolano, era un retraso ya que esta nota se debía a la interferencia directa de los padres en las tareas de sus hijos por esa necesidad de destacar mas que de aprender.

No podemos proteger a nuestros hijos del mundo, Maléfica y la rueda de la fortuna, ya que tarde o temprano se presentarán y es mejor que ellos estén preparados para lidiar con ellos.

En nuestro tiempo, teníamos esa dicotomía en la cual a las muchachas se les pedía llegar vírgenes al matrimonio y a los muchachos tener alguna experiencia para no parecer trogloditas. Pero donde podíamos obtener esa experiencia. Pues bien, con la hija de la vecina o con una meretriz. Vaya nuestra moral de papel.

Pues bien, la generación de cristal no viene de los hijos de la vecina, sino de los nuestros. No importa cuánto queramos decir que solo los míos son los únicos fuera de este grupo y por lo mismo yo soy el mejor padre del mundo. Quizás alguno de ustedes fue exitoso en esta tarea, pero igual la generación de los ofendidos esta aquí y ellos están imponiendo una agenda que no es de ellos, pero la sienten como tal. Como dijo alguien, son una generación incapaz de hacer su propia cama y arreglar su cuarto y aun así quieren arreglar el mundo.

La idea de querer arreglar el mundo me parece genial, pero ello se debe hacer en base a consensos a discusiones y sobre todo al respeto entre todos. Como una generación que es incapaz de ser tolerante pretende ser un referente para todos.

Recientemente, mi esposa y yo vimos una noticia en la BCC, donde se mostraba la historia de un niño de 10 años que había padecido de Covi y en su momento, el malestar le había hecho pensar en querer morir. Mi esposa y yo nos miramos, y no podíamos creer que un niño producto de una sociedad rica y llena de beneficios se diera por vencido a la primera y considerase como alternativa la muerte.

La muerto como la estupidez no afecta a quienes la sufren sino a los seres alrededor de ellos.

Pienso que no es tarde, que aun estamos a tiempo de salvarnos, pero esto solo se logrará cuando entendamos que sobreprotegiendo a nuestras futuras generaciones no les hacemos un bien. Es bueno que ellos aprendan a caminar por sus propios pies. Que aprendan a hacer sus camas, limpiar sus platos ganarse su propio sustento y sobre todo a aceptar sus responsabilidades, sin ser nosotros una excusa para sus fallos.

Los padres no debemos hacer sus tareas ni pagar sus deudas, debemos ser su punto de apoyo para levantar su propio mundo.