Introducción
Quiero compartir otra de mis tareas para el curso de inglés que ya hice mención.
Verán, ya estaba obstinado de escribir que la ventana era blanca y la puerta marrón, o solo contar mis accidentes laborales con mi jefe. Así que me arriesgué a escribir este corto ensayo.
La profesora quedó bastante confundida, pues la forma de expresarse en inglés no es similar en español. Ninguno es mejor, son solo diferentes.
A la final llegamos a ciertos acuerdos. Yo por lejos no fui su mejor estudiante, pero de alguna forma ella comenzó a ver a los hispanoparlantes de una manera distinta después de mis pequeñas historias. Lo que más le sorprendía era lo que yo llamaba mi pasión por mis ideas y ella lo entendía como mi tozudez de criterio.
Por un momento ella me consultó si esto estaba dedicado a una mujer en especial. Yo le dije:
– “No. Para mí el amor es un sentimiento egoísta que solo quien lo siente es capaz de entenderlo.”
La pobre me miró como quien escucha a un extranjero hablar en otra lengua. Trate de explicarle, que por mucho que amemos, la persona objeto de nuestro amor nunca tendrá una real dimensión de nuestro sufrir por ella.
Entonces, le pregunté si tenía hijos y me dijo que sí.
Le pregunte nuevamente, que sintió cuando los vio al nacer y por primera vez vio su propio rostro reflejado en los ojos de sus hijos.
Ella bufo, con pesimismo y me dijo que entendía mi punto y lo compartía.
Yo entendí su resoplo de pesimismo y le pregunte:
– “My darling teacher with all my respect; from how long you are not seeing your face on your husband’s eyes?”
Desde ese día fui su alumno preferido, no el más avanzado en verdad pero el único capaz de hablar mil lenguas. Todas mal por cierto.

El ensayo versión en Español
Mucho tiempo atrás, cuando los hombres éramos gobernados por dioses que vivían entre nosotros.
Éramos capaces de hablar solo una lengua para poder servirles.
La vida parecía fácil y agradable hasta que un día uno de los dioses entro en cólera contra la humanidad y nos castigo quitándonos nuestro único bien.
Desde ese día no somos capaces de conectarnos a través de las palabras.
Es por ello que no soy capaz de pronunciar una simple palabra para explicar lo que siento cuando tú me miras.
Parece que me traspasas la piel y ves más allá de mí.
No soy capaz de explicarte lo que siento cuando veo mi rostro reflejado en tus ojos.
Puedo hablar muchas lenguas pero no encuentro palabras que le den voz a mi alma, ninguna lengua es suficiente.
Solo los espejos de tus ojos pueden decirme lo que siento.
Acaso, puedes ver lo que veo?
Serías capaz de sentir lo que veo?
Podría morir en tu reflejo.

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