Nace una leyenda

Preámbulo

Hace un tiempo, tuve una noche terrible, dispensé horas en discusiones estériles sobre política, con gente tan necia como yo, por no decir menos. Horas al teclado para disertar sobre la constitución (CRVB), sobre la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), como si fuéramos Doctores. Hasta que entendí el significado de lo que es la hoguera de las vanidades. Al parecer siempre llego tarde a las citas con la inteligencia.
Como toda discusión política entre dos grupos antagónicos, que no se reconocen, ellas siempre terminan en la nada. Aquí no hay ganadores, pero por naturaleza, soy optimista y debo aceptar que, de mi derrota, puedo sacar un aprendizaje.
Sé que todos estamos esperando alguna idea que nos permita a todos salir del actual atolladero en el que se encuentra Venezuela, les aseguro que si tuviese la más mínima idea la compartiría, así que mientras esperamos por una iluminación les contaré una historia, esta tiene un héroe, ya saben toda historia tiene uno, lo que si no tiene es un final, el cual agradezco se lo escriban ustedes.

La leyenda

Ya estaba viviendo en Paris, cuando el primer referéndum revocatorio estaba en marcha. El gobierno no lo aceptó de buenas maneras alegando que las firmas recogidas no eran válidas. En ese momento, el gobierno obligaba a ratificar las firmas, así que llame a mi hermano para preguntarle que pensaba hacer. El me respondió que su situación era comprometida, ya que su mayor entrada venía de contratos con el gobierno y si firmaba quedaría por fuera, esa era el temor de aquel momento.

– Entonces vas a quedarte en casa y no ratificar tu firma, pregunté.

–  Y él con un halo de pesimismo, me respondió: Acabo de ratificar; no podría vivir con eso en mi conciencia.

El muy HDP, me hizo llorar, y como un rayo vino a la memoria aquel día de septiembre de 1973, cuando el muy ingenuo construyó una barricada con colchones en nuestro cuarto y me puso detrás para protegerme mientras me daba una china (Honda, lanza piedras) junto a un tarro de lata donde había depositado unas cuantas piedras, todo eso para defendernos de los militares que vendrían a tomar por asalto nuestro feudo.

– Toma wevon (La forma chilena de decir huevón), aquí nos defenderemos de los milicos, cuando lleguen. Me dijo.

Yo solo tomé la honda y con esa cara que pone el coyote del corre camino, cuando uno de sus planes va en caída libre, me apertreche a recibir a los milicos, junto a mi hermano que no paraba de arreglar el bunker mientras me arengaba para estar listos para la batalla.

Milagrosamente aquel día sobrevivimos.

Todavía brotan lágrimas con el solo recuerdo. Mis padres no podrían estar más orgullosos. Al igual que yo de mi hermano.

Tal come se había presagiado, él tuvo que camuflarse pues su nombre está en la infame lista Tascón (1), para orgullo de todos nosotros. No más contratos con el gobierno, ese fue su castigo. Son millones de venezolanos que están en esa infame lista, son todos ellos pequeñas estrellas que iluminan a Venezuela. Y yo tengo ahora a donde apuntar en el firmamento para ser mi guía.

(1) Wikipedia: La Lista Tascón es una recolección de firmas de 2003 y 2004 para la renuncia del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, petición que condujo en definitiva al referéndum revocatorio de 2004, que falló en contra de los firmantes. Antes y luego del referéndum hubo acusaciones de que la lista fue usada por el gobierno para discriminar a los opositores, luego de que fuera publicada en internet por el diputado Luis Tascón como parte de la verificación de las firmas. Además el gobierno afirmó que algunas organizaciones privadas la estaban usando para discriminar en favor de los peticionarios. Además en wikipedia comentan de supuestas persecuciones a los firmantes que solicitaron el referéndum revocatorio https://es.wikipedia.org/wiki/Lista_Tasc%C3%B3n .